jueves, 5 de mayo de 2011

Los CJC/Joves Comunistes del Poble Català ante los hechos acaecidos durante la manifestación del 1º de mayo.


La Marcha Alternativa del 1º de Mayo ha ido ganando fuerza, madurez y combatividad a lo largo de los años hasta el punto de superar en importancia la manifestación organizada por los sindicatos mayoritarios. No en vano, los CJC/JCPC se toman esta movilización como la más importante de su curso político, donde afilamos con más esmero nuestra actitud disciplinada y combativa.
Este año para los CJC/JCPC no ha sido una excepción, sino una profundización en nuestro compromiso revolucionario. Podemos decir que nos sentimos orgullosos de nuestro bloque (el único netamente de carácter marxista-leninista), de la actitud de nuestros militantes y simpatizantes así como de los miembros del PCPC, de nuestro partido.

Durante todo el recorrido, los manifestantes estuvieron amenazados por una fuerte presencia de los Mossos d’Esquadra, no era raro poder identificar agentes infiltrados, en concreto, nosotros mismos fuimos vigilados por un par de presuntos “secretas” durante todo el recorrido. Llegados a un punto concreto del recorrido de la marcha, unos grupos muy concretos y minoritarios auto-erigidos en “bloque negro”, pero también conformados por provocadores de la policía, efectuaron una serie de acciones violentas que, si bien no provocaron la represión policial, la facilitaron ampliamente.


Aunque las más de diez detenciones fueron de naturaleza arbitraria y perpetradas por unas “fuerzas del orden” dadas, sin más problemas morales, a los montajes policiales, entendemos que estas detenciones fueron absolutamente facilitadas por la actuación de los mencionados individuos, que independientemente del carácter unitario y de masas de la movilización, se dedicaron a sembrar la destrucción gratuita y sin objetivos concretos a su paso, dando el pretexto perfecto a la policía para reprimir a los manifestantes y criminalizar de nuevo una manifestación que ya hemos calificado como un claro avance de las izquierdas anticapitalistas. Las acciones de estos grupos autónomos se tienen que entender en el marco del concepto de la “propaganda por el hecho”, es decir, acciones impactantes, violentas o pacíficas, con intención agitativa y a modo de piedra angular de una estrategia política izquierdista.

Estas acciones no fueron acordadas en las estructuras democráticas de las cuales se dotan los movimientos sociales y organizaciones políticas para establecer acuerdos, por tanto, fueron acciones antidemocráticas. Los grupos de autónomos utilizaron de cobertura el paraguas que representaban el grueso de los demás manifestantes, a los cuales expuso a la represión policial hasta el punto de poner en riesgo su vida. Dudamos sinceramente de que estos elementos muestren tal bravura sin esa coyuntura y no consentida cobertura. El resultado de la represión policial propiciada por los elementos enfermos de infantilismo fue casi el fin de la marcha; la desarticulación de los bloques y una desmotivación considerable para la moral de los manifestantes que aún así sacaron fuerzas para mantenerse combativos. Desconocemos la cantidad de trabajadores que se lo pensarán dos veces para volver a manifestarse después de tan nefasta y gratuita experiencia.


Este tipo de actos se caracterizan por ser una violenta catarsis individual e individualista, una acción estética, un amago, una performance o una anticipación teatral de la revolución. Sin embargo, no podemos decir que fueran ricas en contenido político, tampoco que tuvieran un carácter real de clase; no deja de ser ilustrativo que incluso en un acto de aberrante anticomunismo fuera agredida intencionadamente una militante de nuestro partido por el simple hecho de sostener una bandera con la hoz y el martilloo que, en muchas ocasiones, no siendo ésta una excepción, la policía encubiertamente es la encargada de realizar este tipo de actos para reprimir y criminalizar a los movimientos sociales y a la clase obrera.

Los CJC/JCPC no podemos hacer otra cosa que desmarcados de estas acciones ya que nuestra estrategia se enmarca en organizar a la clase trabajadora y a la juventud; construir un contrapoder para acometer nuestro proyecto revolucionario. No negamos que la revolución contendrá –como así ha sido históricamente- necesariamente violencia, pero será una violencia de clase, alejada del nihilismo y el fuerte carácter lumpenproletario de tipo utópico-reaccionario de los grupos aventureros que nos vemos en la obligación de criticar. El simple hecho de organizar la violencia por la violencia no nos convierte en más combativos ni auténticos revolucionarios; la destrucción de elementos identificables con el capitalismo –entidades bancarias, coches de lujo, etc.- tampoco representa ninguna brecha ni herida en el sistema; el hecho de pasearnos delante de los burgueses tampoco nos otorga un pretendido carácter más revolucionario, sino que nos aleja de la clase obrera que es ni más ni menos que la que tiene que sumarse a la lucha.

Todas estas prácticas se han erigido a los ojos de la historia como verdaderamente inútiles, y solo han servido como pretexto para aumentar por parte del estado la represión y persecución de los movimientos populares. Sólo la organización alternativa de la clase obrera y la creación de estructuras de contrapoder al sistema de dominación capitalista, así como la amplia movilización de la clase obrera y los sectores populares nos conducirá a la revolución organizada que acabará con la explotación del hombre por el hombre.

Por todo esto: Invitamos de forma camaraderil al conjunto de la izquierda y en especial a las organizaciones y colectivos convocantes de la manifestación alternativa del 1º de Mayo a reflexionar sobre este tipo de actuaciones en movilizaciones pretendidamente populares y con vocación de articularse verdaderamente como una alternativa a la supuesta izquierda y el sindicalismo representados en las movilizaciones mañaneras de CCOO y UGT, y a barrer decididamente el paso a este tipo de elementos.

Ya son demasiadas las ocasiones en que estos supuestos revolucionarios de salón empañan las manifestaciones con vocación unitaria con sus “acciones autónomas” de carácter idealista y alejan las luchas de la clase trabajadora y los sectores populares, convirtiendo estas en una especie de club-representación restringido a jóvenes y puristas de la acción directa y la escenificación. Nos queremos reafirmar en nuestra repulsa sabiendo que la aplastante mayoría de los movilizados del 1º de Mayo que luchan por la emancipación obrera nos respaldará en esta denuncia política. 

Comité Ejecutivo de los CJC/Joves Comunistes del Poble Català.