El caso de hoy solo es uno más entre múltiples casos, pero la represión llega a todas las esferas que combatan la hegemonía del sistema actual, desde la represión al movimiento obrero y los trabajadores, como el caso de los trabajadores sancionados del aeropuerto del Prat, del metro o el caso de los sindicalistas asturianos de los astilleros que llegaron a ingresar a la cárcel, a los múltiples casos en Euskadi. Además de los procesos penales, económicos o las diversas ordenanzas municipales en forma de multas contra movimientos, militantes, contra la juventud inmigrante. Son muchísimos los casos, aunque algunas veces solos nos quedemos y nos lleguen los más representativos, pero es de señalar que dentro del movimiento antifascista madrileño por múltiples procesos judiciales relacionados con el antifascismo durante los tres años que ejerció la delegada del gobierno del PSOE Soledad Mestre en Madrid, que después dimitió, se han llegado a pedir 381 años de cárcel.
En especial a nosotros nos tendría que hacer reflexionar porque en el movimiento antifascista se dan grandes índices de represión, tal vez mayores que en otros movimientos, claro está a su escala. Y es que creemos que con sus debilidades y fallos el movimiento antifascista consigue aglutinar a una parte de la juventud más combativa, y además bajo unos parámetros políticos, que pueden estar más o menos difusos, pero que son de una naturaleza irreconciliable con el sistema actual y que desbordan las simples reivindicaciones económicas.
Por ello debemos interiorizar que la represión conforme se eleve el nivel de confrontación política, conforme molestemos más y el Estado este inmerso en mayores contradicciones será una parte más de la lucha política. Por ello necesitamos un movimiento fuerte y resistente, porque al fin y al cabo su represión solo oculta los problemas y no aporta solución alguna. Sigue siendo una premisa lo dicho por el Che acerca de que la solidaridad es la ternura y una herramienta entre los pueblos.
Otra reflexión que surge de este caso es que no nos dejemos engañar en una distinción amable entre PP y PSOE, este último se está evidenciando más que nunca como un gestor más del capitalismo y su crisis. El PSOE no se muestra ya ni como la típica socialdemocracia reformista sino que podría adoptar más el carácter de social liberal. La salida obrera a la crisis no pasa por sus planes, la eliminación de conquistas históricas y la carga sobre los trabajadores del peso de esta los señalan. Y en la aplicación de la represión igualmente, en el caso de Cataluña bajo un gobierno de coalición supuestamente progresista es donde hemos visto los mayores casos de represión contra el movimiento estudiantil, con el agravante que el consejero encargado de seguridad pertenecía a ICV - IU.
El Estado tiende al a reacción y a la represión, las libertades formales obstaculizan una mayor recuperación económica y más rápida, ¿Por qué? Porque para la recuperación capitalista es necesario el incremento de la explotación y para ello es necesario un mayor consenso y acuerdo sobre las medidas brutales que van aplicar a la clase obrera, esto se ve en la reciente bajada de pantalones de los sindicatos. En continuidad de esto también necesita que no se exterioricen sus contradicciones y la criminalización de la protesta social.
Y por otra parte este proceso a los encausados de Barcelona es el reflejo de una campaña de una campaña anticomunista a niveles superiores. La Unión Europea como institución y portavoz de la oligarquía europea y los monopolios en estos últimos años ha incrementado el número de resoluciones, campañas y propaganda mediática por todos los medios. Esta campaña alcanza unos niveles de infamia nunca vistos, bajo el pretexto de condena al estalinismo y el autoritarismo se equipara al comunismo con el nazi-fascismo, cuando estos autodenominados demócratas de salón tienen que agradecer a la URSS ser la principal fuerza en la derrota del fascismo, y que no nos engañen, no es un ataque a un periodo o una experiencia sino a un sistema antagónico al suyo y sus intereses que se ha mostrado como alternativa.
Con todos su defectos ni ellos mismos son capaces de convencer con los pretendidos logros de la restauración capitalista en el bloque del este, después de 20 años y lo que llamaron ola democratizadora lo único que ha habido es una ola privatizadora, de desarticulación de conquistas sociales y expansión de la miseria.
Pero a qué se debe y cuál es el objetivo de esta campaña anticomunista, no es otro que el de ocultar, revisar la historia y deformar la lucha de clases durante el siglo XX a las generaciones venideras para que se instalen en el adormecimiento y pasividad actual, porque tienen miedo aun pese a la derrota temporal del movimiento comunista a que este vuelva a ser una amenaza y más en un mundo en crisis. La historia la escriben los vencedores, ellos si han sabido ocultar y maquillar muy bien los millones de muertos y miserias de más de dos siglos de imperialismo.
Esta habiendo un repunte de esta campaña que nunca ha cesado, incrementándose como señalamos, el año pasado fue la ilegalización de la estrella roja y simbología comunista en Polonia, poco antes el procesamiento de la dirección del PCOH y la ilegalización de la KSM por no renunciar a su identidad y programa comunista. Pero este último ejemplo también nos muestra el valor de la lucha y la solidaridad, ya que tras un año de lucha y presión la juventud checa volvió a ganar su estatus.
CJC Ciudad Real.